sábado, 5 de septiembre de 2009

Cosas que me hacen dar cuenta que los años pasaron para mi -también-



Escucho The Look de Roxette y enloquezco bailando el pasito Bariló 92.
Al día siguiente amanezco con dolor de cintura por haber bailado a lo loco un tema de Roxette, The Look.
Me levanto, preparo unos mates, mientras escucho las noticias en Am.
Cuando suena Electromovimiento,de Calle 13, los miro a mis hijos y se me escapa un tímido: Hijos.. música era la de mi "época".
Mi baño está lleno de cremas a medio terminar para la celulitis, para las arrugas y geles para piernas cansadas.
Mi cuerpo está lleno de celulitis, mi cara de arrugas y mis piernas terminan cansadas, y ya no hay crema que solucione eso. Un horror.
Mis hijos me preguntan para que uso esas cremas, si total se ve que no son tan buenas...
Mi placard rebosa de ropa que ya no me entra, pero que guardo por si algún día puedo volver a enfundarme en esos trapitos.
El último par de stilettos no fueron para mi, sino para mi hija que ya tuvo su primer cumple de 15.
Por la calle, además de "mamita", los obreros de la construcción osados ya me gritan "suegra" (los odio, ojalá se ahoguen en cal, malditos cretinos!)
Me emociono cuando hago zapping y me detengo en Volver mientras pasan Montaña Rusa. Cuantos recuerdos. Como me gustaba Esteban Prol. Cuanto mal gusto también he tenido, con lo lindo que es el galán Richard Gere.
Los lunes me decido a empezar el gimnasio, idea que queda totalmente descartada cuando llega la hora de la siesta.
Los viernes me descubro tomando un rico vinito, soy joven y puedo darme esos gustos, pienso.
Los sábados por la mañana estoy mareada, con dolor de cabeza y preguntándome si no hubiera sido mejor tomar agua mineral, o de la canilla, aunque sea...
Los sábados por la noche me voy a dormir temprano porque los domingos debo trabajar desde las 9, y este cuerpito latino ya no soporta esos terribles embates.
Me descubro diciendo 25 no es lo mismo que 35, cuando hablo de mis años y de mi resistencia hacia ciertas cosas...
Incluso esta inútil resistencia al necesario paso del tiempo.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Otra vez y otra vez...


Te abracé.
Muy fuerte te abracé.
Apreté mi cara en contra de tu cuerpo.
A favor de tu cuerpo.
Y desde ahí los escuché latir.
Supe que la espera no había sido en vano.
Y otra vez me quise quedar enredada a vos.
Y otra vez tus manos y otra vez el tiempo.
Y vos, mirándome desde ahí
-que bien le queda el abrazo de mis piernas a tu cara, pensé-
Otra vez vos. Si.
Entonces quise salir corriendo pero ahora en tu misma dirección.
Y vi esos mismos ojos que ahora dolían.
Le dolían cosas que no me querían contar.
Y en silencio, otra vez, los amé.
Los amé asi, como acostumbro a amar.
Con dolor, con pasión y en carne viva.

Nunca mas amor



Quiero perderte para volverte a encontrar.
Estás tan guapo con ese traje gris.
Tan guapo y tan hombre y tan triste como este día gris sin mi.
Dios. Dios. Qué bien nos haríamos al lado. Adentro. Debajo. Tan juntos.
¿Y tu espalda?
Esa espalda de maravilla, de seda para mis manos, ¿adonde está?
¿Quien la acaricia con tantas ganas? Nadie.
Muy bien sabes que nadie y yo también lo sé, mientras lloro de ganas escondida debajo de mis sábanas y las horas no pasan nunca y amenazo con no volverte a ver. No volverte a ver nunca mas, amor. Nunca mas hasta mañana, cuando comience un nuevo día...

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Quedate para siempre




Todavìa quedan restos de vos en mi cuerpo.
Un poquito de tu olor, y tus manos marcadas en mi espalda.
Entonces quiero preguntarte si pensas quedarte para siempre,
como me gustan a mi las cosas.
Para siempre.
Pero tengo miedo de un no que termine de romperme.
Por si acaso eso sucediera trago mis palabras y me escondo de lo que siento.
Y es ahí, como una promesa, que apareces.
En realidad reapareces, porque nunca te fuiste del todo.
Estas.
En mi casa, en mi cama, en mis recuerdos y mis deseos.
Y así, con la presencia de tu ausencia, tan marcada y sin saberlo
vas rompiendo estos pedazos de nada que todos los días intento rearmar.