Son las 6 d la mañana y aqui estoy,
encendida en tu recuerdo.
Demasiado despierta para tanta soledad que deja tu cuerpo distante.
Las 6...
Y asi estoy.
Muda.
Mirando el techo.
Proyectando en paredes blancas
todo lo que quiero que,
ya sabes,
por estas horas tiene tu nombre.
Tu cuerpo y tu alma, desnudos
Que me desvelan y me enternecen
Que me consuelan y rompen todo
-o lo poco- que queda en pie
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