domingo, 19 de junio de 2011

RENUNCIO

Cuando miré tus ojos me di cuenta de que gran parte de la vida se me había olvidado.
Amar hasta cansarme,
sonreír por todo,
soñar, tener ganas de acariciarte hasta que nos lleve el sueño a pasear.
Me había olvidado de eso y de mucho mas.
No era completamente feliz porque me faltabas, y mirá que te busqué...
Mendigué amor pensando que estaba en lo cierto.
Intenté mil formas de inventarte en otros,
y los magros resultados me devolvían a mi cuarto vacío.
Vacío de vos.
Vacío de este sexo.
Vacío de este amor.
Por eso renuncio.
Renuncio a envolverme en este dolor de no tenerte
Renuncio a tener que escribir para no nombrarte.
No puedo hacerlo, pero como gritaría que me conmovés
al mundo entero.

Renuncio a esta congoja de no poder estar con vos como quisiera.
A esos viajes q nunca haremos, a esos hijos que nunca tendremos.
Renuncio a extrañar esos ojos que dicen tanto desde el silencio.
Renuncio porque no puedo mas no tenerte.
Esas manos...
Esa cara, esos gestos y tu intelecto,
podría lamerlos hasta hacerte estallar.
Pero no.
La caprichosa vida te pone en otro lugar.
A mi también.
Entonces renuncio y confirmo un rumor que viene sonando en mi conciencia desde hace tiempo.
En la próxima vida serás mío.

Por lo pronto, todo lo que quiero, tiene nombre
y es el tuyo.

miércoles, 15 de junio de 2011

Quedé así...

Y así, con cada caricia,
te pedía que te quedes para siempre.
Callada.
En silencio.
(Esos de los pocos que hago.
Esos que tanto disfruto a tu lado).
Así.
Me quedé inmóvil,
pequeñita,
en tu regazo
y quise llevarte de la mano,
envuelto en abrazos.
Y me quedé así.
Muda,
Agradeciéndole a tus ojos que me hicieras infinita.
Infinita como este amor,
que presiento sin fronteras.

Y con cada latido y cada gemido
te proclamé mío
y no me importó el tiempo,
la historia,
ni los -tristes- desencuentros.

sábado, 11 de junio de 2011

ESTE DESVELO

No puedo dormir.
Este desvelo me acerca tu nombre
Como un susurro,
siento tus manos tan cerca de mi.
Tus manos-paraiso-puñal que supe mirar con tanto deseo.
La noche y yo nos hacemos una en esta interminable espera.
La noche -compañera- me habla de vos,
de tu sexo,
de tu olor
y no puedo dormir.

Este desvelo me sacude el alma

y juego con palabras para apresurar el tiempo,

hasta que entiendas que este desvelo,

mi cuerpo

y yo

te necesitamos aqui.