martes, 24 de noviembre de 2009

CERCA DE DIOS


El era huérfano.
De padre.
Madre
Y de una buena mujer.
Padecía el miedo de aquellos que no tienen quien los defienda.
Sentía que andaba en patas y en cueros por la vida.
En pleno invierno.
Y eso que estaba cerca de Dios.
Era tan alto que a veces tenía la leve sospecha de que le pasaba cerquita.
Es por eso que, con su cara al viento, Laura le dejaba mensajes para ver si al menos a El le hacía caso.
Al fin de cuentas, nadie puede ser tan insensato de no creerle a ese señor que todo lo puede.
Aunque el podía no creerle y mucho mas.
Qué grande era, qué hermoso, cuántas ganas tenía ella de amarlo, y qué obstinado!
El tenía la osadía de no tocarla, algo que muchos deseaban y otros se animaban a hacer.
Pero el era distinto.
Andaba con su pesar por la vida y lloraba, dicen algunos, a escondidas como una puta.
Laura no entendía si el conocía a muchas putas.
Si las putas en verdad lloraban con desconsuelo de madre que ha perdido a su hijo.
Ella no entendía si en realidad el era una puta escondida en tremendo cuerpo de varón.
Su único patrimonio, era una de las certezas que de tanto en tanto masticaba.
Carlos tenía miedo y lloraba como una puta.
Algo que no lo dejaba ser. O si.
Pero todas las veces lo dejaba ser lejos de ella y eso si que le partía el alma como una uña, solamente porque sabía, sentía y paría a cada rato una idea.
Tenía todo para hacerlo feliz.
Incluso un hijo por venir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario