"Veo que seguís con el ego allá arriba", me dijo EL HIJO DE PUTA en nuestra última (y dolorosa, cruel e innecesaria, al menos para mi) conversación.
Había pasado el tiempo y no dejaba de lacerarme con sus palabras. Y yo permitía eso.
Como si, intimamente, disfrutara de ver como EL me destrozaba mas y mas y mas, con cada irrupción en mi vida.
"¿Sabés que pasa? Que nunca me enamoré", dijo. Y eso fué como una estocada a mi corazón, como el tiro del final a mi alma estrujada. Lo dijo sin vueltas, sin reparar en esos daños a terceros.
La tercera, SIEMPRE, era yo, que asistía inmóvil, impávida, al mas desgarrador testimonio de desamor.
Claro que el tiempo hizo lo suyo.
El ahora es un hombre dolido, de esos que dedican temas tristes y andan dando lástima con el resultado a la vista de sus cagadas por la vida...
Y yo, una mujer feliz, con una vida plena y perfecta sin el, y no se cuantas mentiras mas...
Eso le pasa por basura, por jugar con los sentimientos de otra persona. Por no saber que si en la vida obrás/hacés algo con mal, todo te vuelve multiplicado por diez.
ResponderEliminarTe dejo una frase que, a mi parecer, es perfecta. Espero que la disfrutes y te sirva:
"Una leccion sin dolor no tiene sentido. Eso es porque no se puede ganar algo sin sacrificar otra cosa a cambio.
Sin embargo, una vez que hayas soportado el dolor y lo hayas superado, ganarás un corazón que es más fuerte que todo lo demás. Un corazón de acero."
Saludetes. :)
Un abrazo!
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